Cuando no quieres que un personaje se muera, es que algo hizo bien el autor.
Raffaele Cameroni es un italiano que llega a España y participa en la guerra civil desde el bando franquista. Forma una familia junto a Isabel y la familia se complementa con los hijos Rafael, Alberto y Paquito Cameroni.
Lo que ellos, todos, nunca se imaginaron es que años atrás, en Italia estaba el abandono de una familia previa por parte de Raffaele, causada por el retraso mental de una hija de este primer matrimonio, situación que también padecía Paquito Cameroni, el último hijo de la segunda familia y que provocaba frustración en el protagonista de la novela.
Como en la realidad, todos los engaños se caen cuando la verdad sale a la luz. Con unos hijos ya adultos y su Isabel fallecida, muy en contra del lector, el pasado vuelve al presente y todo el mundo de la familia Cameroni se derrumba. La rectitud del patriarca se ve aniquilada y el mundo se le cierra.
Si bien el inicio es flojo por intentar documentar la base histórica de la guerra civil, es increíble cómo avanza el libro y te vas haciendo parte. Logras convertirte en parte de esa familia Cameroni. Permite hacerte invisible y permanecer dentro de la mente de los personajes, enfrentarte a tus demonios y poner en tela de juicio tus escrúpulos.
¿Perdonarías a tu padre que tiene otra familia? Si tú fueses Raffaele, ¿cómo enmendarías tus errores? ¿Cómo reparar el daño que has hecho a los que quieres?
Yo no quería que muriese Isabel. Me dio lástima en algún momento Raffaele, pero en otro me identifiqué con él. Comprendí la actitud de sus hijos, pero no logré saber qué haría yo en su caso. Leer el libro me dejó sensaciones que chocan entre sí. Frustración, alegría, tristeza y empatía por los personajes. Dudas emocionales y muchas ganas de soñar con esta historia, tratando de darle continuidad y saber qué más podría venir con los años a esta familia, que perfectamente podría ser la mía o cualquier de nosotros. Aquí, en donde la realidad supera la ficción.
Después de leer el libro, me deja con más preguntas que respuestas. Algo hizo bien el autor.
JJuan Rivera 