Archivos para noviembre, 2014

Por José Juan Rivera.


Navidades Felices

Cristobal en el año 2000 en Pinal de Amoles, entregando despensas y cobijas dentro de «Navidades Felices»

En esa noche, no fue suficiente el par de albóndigas que mi mamá me había servido para cenar por el apetito que había acumulado durante el día. El postre y las albóndigas iban a terminar exactamente en el mismo lugar, la taza del baño, al ir a parar ahí por el estómago revuelto a causa de lo que iba a escuchar y mirar en la televisión…

Si en la vida me había gustado ese noticiero nocturno de Azteca, con esa noche tuve para no volver a querer verlo nunca. Imágenes del helicóptero con la «jauría» de pobladores de San Juan Ixtlayopan y al centro un pequeño rastro del fuego que estaba por terminar con la vida de Cristobal, sino es que ya lo había hecho.

No sabía lo que estaba haciendo Cristóbal en esos últimos dos años ni a qué se dedicaba (mismos dos años que perteneció a la Coordinación de Inteligencia de la PFP). El escuchar el nombre de «Cristobal Bonilla Martínez» con Javier Alatorre, junto con las imágenes y la explicación, que estaba por demás, lo primero que sentí fue mucha incertidumbre. Una parte, la mayor, de mí se negaba a creerlo y otra se aferraba a que el apellido «Bonilla Martínez» se alejaba del «Bonilla Martín» que era el de mi amigo. Al cambiarle a López-Doriga, y con él escuchar ese «Martín» pendiente, me hizo correr y hacer esa visita mencionada en el primer párrafo.

No hice más que llamar a Fabio, amigo más antiguo que yo de Cristóbal, y enterarlo de la noticia. Las siguientes horas fueron interminables, deseando todos de que no fuese verdad y de que todo hubiese sido una mala jugada o una muy desafortunada confusión. En los medios de comunicación se escuchaban excusas baratas como «al parecer eran secuestradores», «se veían muy sospechosos, muy extraños», «nadie les comprobó ninguna insignia oficial, vestían de civil», «ya tenían varios días rondando la escuela del pueblo». Según Proceso, pobladores «argumentaban»:  «que los policías estaban fotografiando a los niños de una escuela, incluso que se habían llevado a un par de ellos. Otras versiones indican que los detenidos habían sido sorprendidos agrediendo sexualmente a los menores». No he escuchado pendejadas mayores hasta la fecha. No sabían lo que había detrás de esos seres humanos.

Al día siguiente, a eso de las 4 de la tarde, Liliana me llamó por teléfono. Yo no quería contestar. Con un «sí, es él», una parte de mí se dobló en ese momento. Se encendió un odio hacia esa gente, una impotencia que duraría hasta la fecha.

Su sepelio estuvo lleno de sentimientos encontrados. Ver a juventinos de Cruz Roja de la época en la que estuvo él, a unos que ni yo lograba identificar. Tener a juventinos «infantiles» a nuestro lado, cantando el himno con todas sus pequeñas fuerzas, llorando junto con nosotros a pesar de nunca haberlo conocido. Abrazarte con tus amigos por un amigo que ya no iba a estar, al menos físicamente.

Y también, recibir al gobernador, a políticos y a policías que en la vida lo habían visto o escuchado de él hasta ese suceso. Dar «sentidos pésames» a sus familiares, como si realmente sintieran la pérdida. Como si en verdad pudiesen sentir lo que sus padres y hermanos estaban sintiendo.

Al segundo sábado después del asesinato, en una de esas noches donde cambiar de canal es tu único compromiso social, «Lolita» De la Vega (en su programa de autopromoción, Frente a Frente) fué la primera emisión en la que me di cuenta que pasaron las imágenes íntegras y sin censura del asesinato de Cristóbal. No era posible, no en la imaginación de los que lo conocimos y le aprendimos, que tal aberración fuese necesaria. No les tengo que decir que a la fecha esas imágenes siguen en la red en portales de «noticias». Bonita forma de «sensibilizar» (¿?). Y me siguen causando la misma impotencia como si fuese aquel día…

Que, en su momento, Fox haya cesado a Marcelo Ebrard por su incapacidad de intervenir cuando en ese momento era Secretario de Seguridad Pública de DF, NO BASTA. Que la CEDH de Querétaro lo haya declarado mártir a raíz de su muerte, NO BASTA. Que le hayan realizado reseñas en otros tantos medios de comunicación, NO BASTA. Que en 2009 (5 años después) hayan condenado a 49 años a sus principales asesinos, NO BASTA.

Hace un par de semanas tuve la oportunidad de estar cerca, a escasas calles de ese lugar, de comprobar la ignorancia, la falta de valores humanitarios de esa «gente». El enojo sigue vivo, sin poderles gritar lo que por años muchos de mis amigos, amigos de Cristóbal, hemos sentido y callado. Intentando hacer como si no hubiese pasado, como si Cristobal no se hubiese ido y como si simplemente le dejamos de ver por causa del trabajo o de otras ocupaciones.
  • Cristóbal Bonilla Martín estuvo por más de 10 años en Cruz Roja. Jamás se subió a una ambulancia a atender alguna emergencia.Su trabajo lo desarrolló por varios años al frente del Comité de Juventud. Creó el archivo Minerva, con libros sobre Derecho Internacional Humanitario. Fue Director del Programa de Difusión de ese mismo derecho. Ese mismo Cristóbal, me enseño Instrucción Militar, que me puso a hacer 50 «lagartijas» por llegar tarde el segundo día de mi curso, ese que me acompañó a Pinal de Amoles a repartir ropa y alimentos a poblaciones marginadas por Navidades Felices.
  • Tuvo acciones destacadas en la organización del centro de acopio por las inundaciones de Puebla, Tabasco y Veracruz de 1999.
  • No fumaba, no bebía. Sonreía cuando podía, porque siempre estaba pensando en que iba a hacer al siguiente momento.
  • Se tituló en la UVM de Querétaro, en la Licenciatura en Relaciones Internacionales,  a través de una Tesis en Derecho Internacional Humanitario, su pasión. Regaló una copia de esa tesis al archivo que el ayudó a crear, «Minerva».

En 2004 asesinaron a un amigo, a un ejemplo, a mi Presidente del Comité de Juventud de Cruz Roja en Querétaro. Sus derechos humanos no se respetaron. Por eso lo que hoy escribo, para recordarlo a mi manera.

 

Cristóbal, planeando la ayuda en caso de desastres naturales.

Cristóbal, planeando la ayuda en caso de desastres naturales.